En 1908 el Ayuntamiento de Barcelona aprobó el Presupuesto Extraordinario de Cultura. Se trataba de un plan para la reforma integral de la educación en la ciudad que ponía el acento en una enseñanza de calidad, pública, gratuita, en catalán, laica y con niños y niñas compartiendo las aulas. El proyecto se inspiraba en las experiencias de renovación pedagógica de todo el mundo en el cambio de siglo.
Debido a la intransigencia de los sectores catalanistas más conservadores, los radicales de Lerroux y los grupos católicos, el proyecto fracasó, pero se convirtió en un hito que se mantendría como referente para los movimientos que han luchado por una educación en libertad.
La educación es uno de los ejes de la definición de una sociedad. Para ello, repasar la evolución de las propuestas educativas a lo largo del tiempo es dibujar una dimensión clave del debate político en la Cataluña contemporánea, que aún hoy está muy vivo. ¿Cuál es el modelo que necesitamos? ¿Qué educación nos permitirá ser más eficaces como sociedad? ¡Vale la pena hacer balance de lo que hemos hecho para reorientar lo que queremos hacer!
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